Uno no puede esperar que todo vaya a salir bien siempre, y cuando ayer llegamos a Itaunas, tuve el presentimiento que mi 29 cumpleanhos no pasaria a la historia.
Itaunas es en temporada alta un pueblo en ebullicion, pero cuando nosotros llegamos las 2 calles del pueblo estaban completamente desiertas. Cuando estaba a punto de asumir que celebraria mis casi 30 con Casero en la habitacion, se cruzo en nuestro camino Aline, una francesa que lleva un tiempo viviendo alli.
En seguida se mostro muy amable ante nosotros, y al decirle que tenia la intencion de celebrar mi cumpleanyos esa noche se ofrecio al instante para montar una fiestecita. Todavia no estaba todo perdido.
Pasamos el dia visitando las dunas y playas del pueblo, y despues de ducharnos fuimos en busca del marido de Aline. Dejando todo en manos del dios de la improvisacion, compramos carne, cervezas y cachaça y como por arte de magia a las 9 y media estabamos unas 10 personas (medio pueblo) comiendo una espectacular barbacoa, bebiendo caipirinhas y jugando al billar.


Para que la noche hubiera sido perfecta tendria que haber habido alguna mininha amenizando la velada, pero todo no se puede pedir. Aunque de hecho las habia, 4 hermanas de Bebeito, el marido de Aline, pero como si estuvieramos en el siglo XVII permanecieron en la cocina haciendo las ensaladas.

Y a las 00:01 llego el momento más emotivo. Primero con el canto del Cumpleanyos Feliz en portugués de toda la tropa, despues con el SMS de mi amada (que no creo que sepa programar el movil, asi que se levanto a las 4 AM para ello) y por ultimo con el regalo de Alex, un collar para poder ir más del palo el resto del viaje.

En fin, que los presentimientos no siempre se cumplen, por suerte, y de este cumple me acordaré seguro una buena temporada… como minimo hasta el siguiente…




















