Deje su mensaje después de la señal

Hace tres meses que ando por la vida sin teléfono móvil o celular como lo llaman por estos lares. Y si os digo la verdad no lo he echado para nada de menos. No soy de los que dicen que llevar un móvil encima es una esclavitud, pero librarte del aparatejo siempre evoca sentimientos de libertad.

Ahora, como sabeis, ando «solo» y más a verlas venir que antes, así que en una reunión conmigo mismo he decido que necesitaba tener un móvil argentino y después de algunas gestiones ya estoy comunicado con el mundo.

Le daremos unos días de margen para ver si es una herramienta útil o una carga. Hasta ese momento todo aquél que le venga en gana puede llamarme a este número:

Todo aquél que quiera, excepto desde cualquier teléfono público de la Argentina, porque, otra de las absurdeces irresueltas de la telecomunicación hace que el que recibe una llamada efectuada desde una cabina la paga. Es decir, si tienes enemigos en la Argentina, no los maldigas, llámales!

Las cabinas de teléfonos también sirven como almacenes de publicidad de señoritas que fuman y te llaman de tú.

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Por otro lado, hemos colgado fotos y videos nuevos en los lugares habituales.

Telecogresca es un sentimiento

Estoy viviendo un sueño. No cabe duda. Pero como en cualquier historia bonita, todo tiene un pero, algo que no la hace perfecta. Y hoy os voy a hablar de eso.

Hoy es el primer día de todo el viaje, y son casi tres meses, que daría lo que fuera por estar en Barcelona. Como muchos sabeis y todos deberiais saber, hoy se celebra la mayor fiesta universitaria del mundo: nuestra Telecogresca. Sabeis lo que la Telecogresca, «la familia» como muchas veces nos referimos a ella, significa para mí. Así que me duele profundamente no estar en el Sot del Migdia al pie del cañón. Me duele no estar al volante del camión más grande. Me duele no descargar la mierda que sobra de las barras. Me duele no comerme el plato combinado de rigor al acabar. Pero, lamentándolo mucho, este año no podrá ser.

Suspiros de Gresca.

No sufro, porque sé que lo harán muy bien y que todo saldrá bien, independientemente de los resultados económicos. El espíritu, tantas veces reinventado desde 1978 está intacto y el barco tiene a la mejor tripulación, así que nada puede fallar.

Pero a veces hay que pagar peajes en la vida, y a mi me toca hoy uno de los caros. Os aseguro que no me quedarán uñas que comerme y que si supiera rezar algo, lo haría porque todo les saliera perfecto a mis chavales: sin incidentes, sin lluvia, sin problemas y si puede ser, con las entradas agotadas.

A los que la Telecogresca os es ajena solamente os pido una cosa: si estais a menos de 1000 kilómetros, id!

A los Telecogresqueros del hoy les doy todo mi ánimo, les deseo la mejor suerte del mundo y les recuerdo que a 9000 kilómetros del Sot del Migdia habrá alguien maldiciendo a todos los que no supieron inventar la Puerta Mágica de Doraemon.

Cartelazo de la Telecogresca 2010.

Desde Buenos Aires en la Argentina canto más fuerte que nunca: «Esca, esca, esca, TELECOGRESCA!!!»

Más info en telecogresca.com.

Días de reencuentros

Este post lo escribimos hace ya bastantes días, después de solo dos o tres días en Buenos Aires, por lo que está bastante desfasado, pero ya que estaba escrito, allá va!

No cabe duda de que nuestro periplo por tierras brasileñas ha sido todo un éxito. Sin duda, era algo que teníamos en la cabeza, pero nuestros primeros días en Buenos Aires nos han hecho darnos cuenta todavía más de cuan afortunados hemos sido.

Una vez más, lo más importante de viajar no son los lugares sino las experiencias y éstas están compuestas inherentemente por personas. Personas que de una manera o de otra moldean esas experiencias hasta convertirse en inolvidables.

En Brasil os contamos muchas veces que conocíamos a mucha gente, pero el resultado final iba mucho más allá de eso: estábamos haciendo amigos. Y de eso va este post, de los muchos reencuentros que hemos tenido en la capital de la Argentina, con viejos amigos del vecino Brasil.

La primera fue Elise, una americana que conocimos en un trekking por la Chapada Diamantina, una noche lluviosa. Solamente compartimos unas horas, las suficientes como para que ella nos invitara a su casa en Buenos Aires…

Elise con dos memos.

Después hemos quedado con Carla, la capitana de las chicas Guerreras de Morro de Sao Paulo y con Solange, que la conocimos en un autobús nocturno hace ya casi dos meses. Carla y Solange, Solange y Carla, nos mostraron la ciudad y compartimos grandes momentos… y los que quedan!

Carla, Guerra y nosotros dos.

Además nos reencontramos con Alejandra, que nos había acogido una noche que no quisimos pagar una pousada porque el bus salía a las cinco de la mañana. Nos llevó a conocer la parte más glamurosa de la ciudad y nos tiene prometido un asado!

Alejandra y Alejandro en el puente de la mujer.

Ahora, tras cuatro noches en casa de Elise, hemos venido a un hostel para el centro… la primera noche, en un trasueño el amigo Casasnovas vio una silueta al lado de su cama. Por la mañana al despertarme me dijo: «Tío, creo que aquí al lado duerme Fernando Agartha-Man«. Y efectivamente, la Épica nos puso en la cama de al lado de nuestro intrépido amigo que ahora sigue dando guerra por la capital. ¿Nos contará nuevas historias? Tranquilos, sereis puntualmente informados.

Cada día más cerca de Agartha.

Y ya para rematar, Buenos Aires me ha traido a otro amigo de la Épica, éste de Malpartida de Corneja (provincia Ávila). Al encontrarme con Chago a 8.000 kilómetros de casa casi se me cae la lagrimilla. Como no podía ser de otra manera salimos a celebrar por todo lo alto el encuentro, en una fiesta de cumpleaños en un piso de alta sociedad bonaerense, en muy buena compañía.

Chago, latas, alambres, cristo, hueso y nosotros.

Y me consta que todavía nos falta gente que reencontrar. Solamente por estos reencuentros uno se da cuenta de que lo que está haciendo merece la pena.

Un olé por los reencuentros de la Épica!

Yo me bajo en la próxima

Como algunos de vosotros ya sabéis mis días en la épica acaban. De hecho cuando esto se publique yo seguramente esté en un avión recordando lo genial que ha sido este viaje. A Alex le he dicho varias veces que me gustaría tener 3 ó 4 vidas. En una ser un viajero y recorrer todo el mundo, en otra formar una familia y vivir en una casita monísima en la playa, en otra ser el dueño de una Agencia de Modelos ukraniana… pero desgraciadamente solo tengo una, así que en ella he de concentrar todos mis sueños. Y la parte de recorrer el mundo, por ahora, ya la tengo cumplida, asi que ahora me falta ir a por las otras…

Misión 1: Bañarse en aguas transparentes. Conseguido

Digo cumplida porque el viaje ha superado todas mis expectativas. Los primeros días los pasé un poco dubitativo, pero cuando uno se logra centrar en el viaje esto realmente se convierte en épico. He conocido lugares impresionantes, he hecho cosas relocas (el acento se pega) y sobretodo conocido gente maravillosa. Y por una parte por eso me vuelvo. Porque mi cabeza no da mucho de sí, y ha llegado un momento que más cosas buenas me saturarían. Prefiero disfrutar y recordar al máximo todo lo que he vivido que que se empiecen a superponer experiencias y acabe olvidando la mitad. Esto al señor Casero no le pasa, informo para los que no lo sepan que tiene 61 cm de perimetro craneal. Ahi caben todas las experiencias que se quieran.

Misión 2: Hacerme fotos con freaks. Conseguido.

El viaje comenzó en Carnaval, 10 días a toda máquina que a mi personalmente me cansaron un poco pero que eran un comienzo digno para esta epopeya. Siguió luego por playas, montañas, pueblecitos y ciudades brasileñas que nos hicieron conocer a fondo el país, el núcleo de mi viaje. Y ha acabado para mi de la mejor forma posible, no suelo ser amante de las grandes ciudades, pero Buenos Aires me ha enamorado y estos diez días aquí han sido el final soñado para cualquier Caballero de la Épica. Puedo describir mi estado a día de hoy como saturado de felicidad.

Misión 3: Rodearme de gente guapa. Conseguido.

Ahora mi compañero se queda «solo». Eso es lo peor de irme, porque a un compañero no se le abandona en mitad de la batalla. Pero él sabía que esto iba a suceder así que está sobradamente preparado para mirar a la épica a los ojos en solitario. Y encima decía lo de «solo» entre comillas, porque aquí nunca se está solo. Algún día hará como yo en Florianopolis y se recluirá consigo mismo en algún lugar durante unos días. Pero todavía no está preparado para eso. Ahora él solo entiende de épica. Yo ya aprendí la lección, y por eso vuelvo.

A unos y a otros, nos vemos pronto!

Misión 4: Pasarlo de puta madre. Conseguido.

Buenos Aires me mata

Describir Buenos Aires con palabras se hace prácticamente imposible para un escritor mediocre como yo, así que he decidido intentar hacerlo canción mediante. Se recomienda escuchar la música de Yo me bajo en Atocha de Sabina mientras se lee: Pinchar aquí

Con su Bomba del Tiempo, sus tambores de Guerra,
con su lunes ya empieza, su joda sin igual,
su «viste che boludo», su «me estas cargando».
Su fiestecita de aqui, su fiestaza de allá.

Con María la Alegre, con su coca sin cola,
con su cumbia y su tango, su chino y paraguayo,
aunque muera el verano y tenga prisa el invierno
la primavera sabe que no vuelvo a Madrid.
Los paparazzi lograron cazar a Kishner.
Con su alto obelisco, con su Puerto Madero,
su Martin no era santo, su Boca, su Perón,
sus flacas más hermosas, sus hostels de paso,
Su Kishner mira todo, su Cristina de shopping.
Con su «agarro» mi «cojo», confusiones buscadas,

su nueve de julio, mi dieciocho de marzo.
A mitad de camino entre el infierno y el cielo…
yo no vuelvo a España, y menos a Madrid.
Estudiando los mapas.
Aunque la noche delire como un pájaro en llamas,
aunque no ofrezca gloria la más bella del lugar,
aunque la maja desnuda cobre quince en Cocodrilo,
aunque la maja vestida no se deje besar.

Elise Baros de Austin, Carla Guerra de aquí,
Solange con sangre en las venas, Caro y la Puig a cantar,
ya no sueña aquel niño que soñó con las minas,
ahora las tiene delante, no me dejen así…
No solo de Boca vive el hombre, Tigre también existe.
Ciudad de los Milagros, nunca se hace de día,
ella nada te quita, ella todo te da,
con su «sigue alentando» con su «hinchada más loca»,
su cancha a rebosar, su banda de rock n’ roll.

He alentado en la 12,
he perdido en el Hipódromo,
he salido en San Telmo, he sido un paria en Palermo,
La vuelta me atormenta, Buenos Aires me mata,
pero no quiero irme
no me dejen partir.
Pequeño ejemplo de la belleza porteña, con Álex viajando por el séptimo cielo.