Con esta frase, mezcla de flipada y surrealismo, anunciamos hace unos días al principal cliente de houser & houser que hasta septiembre no nos volveríamos a ver en vivo y en directo. Pero la frase también es real, así que desde el lunes La Extraña Pareja se encuentra en el norte de los países bálticos, dispuestos a demostrar a propios y extraños que el nomadismo parcial puede ser una opción de vida muy interesante, y que los relatos épicos no dependen del lugar de origen sino de la filosofía de cada uno.

Con la resaca producida por la reciente victoria de La Roja llegamos a nuestro nuevo hogar hace tres días, y como me suele pasar en la mayoría de sitios a los que viajo, ya me parece que lleve en esta pequeña ciudad toda la vida, y sino fuera porque este planeta es demasiado grande hasta me instalaba por aquí una temporada más larga. Pero bueno yo soy muy de amor a primera vista y luego si te he visto no me acuerdo, así que tampoco exageremos por el momento.

De momento la mayor parte del día lo pasamos en nuestra nueva casa, que podría calificarse como kitsch, eufemismo que Alaska se inventó hace unos años para evitar la palabra cutre. Por suerte nuestros periplos anteriores nos han hecho estar curados de espantos, así que el hecho de dormir con un colchón en el suelo, fregar en el mismo sitio que te lavas los dientes o tener la ducha dentro de la cocina nos ha afectado menos de lo esperado.

En este palacio lo que hacemos es básicamente trabajar, que aunque muchos todavía no se lo crean estamos intentado levantar el país, y de hecho si queréis echar una mano os hacéis fans de esto o decís a vuestro jefe que contrate esto, a ver si entre todos conseguís que no comamos cada día noodles (tranquila mamá están sosos pero alimentan) y nos podamos permitir algún día una hamburguesa con patatas.
Por la noche (es un decir, porque aquí el sol no se acaba de ir nunca) ya tenemos localizada una ruta de bares bastante atractiva, considerando sobre todo que hemos estado un lunes y un martes. Hay confianza en el equipo que el fin de semana la cosa vaya en aumento, aunque no es bueno crearse expectativas. Por si acaso ya hemos contactado con cuatro couchsurfers que se han ofrecido a instruirnos en Tartu, así que tenemos plan asegurado hasta que llegue la juerga.

Antes de despedirme, y sabiendo que al 90% de lectores de este blog lo único que les interesa es este último párrafo, por lo menos a juzgar por las preguntas que me habéis hecho llegar vía chat del Facebook («¿qué tal las cajeras del super?» , «Imagino que las amazonas del lugar espectaculares, ¿no?», «¿q tal los culos por Estonia?»), deciros que hemos visto ya varios ángeles dorados caminar a nuestra vera, aunque de momento nuestro único contacto haya sido puramente visual. El hecho de haber aprendido ya el vocabulario básico (tere – hola, aitá – gracias y alú – cereveza) espero que haga que en los próximos días podamos desarrollar el tema estrella un poco más.
Un abrazo a todos.


















